jueves, 17 de julio de 2008

Érase una vez... un pequeño héroe


Es un texto que escribí después de la lesión de David en la Eurocopa:
Había una vez un héroe. Desde pequeñito, su sueño era jugar al fútbol, y no importaba donde. Jugaba en todos los sitios donde hiciese falta, y sino había nada que hacer, él si tenía algo que hacer: jugar al fútbol. Y no importaba si llevaba o no los libros a la escuela, si le manchaba las sábanas a su vecina con el barro del balón, era su sueño. Pero un obstáculo se le cruzó en el camino, el pequeño héroe sufrió un accidente en su pierna, y ya no podía jugar más al fútbol. A pesar de todo y con su carácter luchador, él tiró para adelante, con ayuda de otro héroe, su padre, quien disfrutaba viéndolo jugar. Así que este obstáculo sólo sirvió para hacerlo más fuerte, y para enseñarle a patear con la otra pierna, y así convertirse en un pateador ambidiestro. Pasaron los años y el pequeño héroe continuó su camino, pero su padre quería algo más, algo a la altura de su héroe: que pudiese jugar en la Liga de las estrellas, empezando desde abajo. Pero se equivocó, y el lugar al que lo llevó no supo apreciar su talento, porque no está hecha la miel para la boca del asno. Y el pequeño héroe se desanimó y cambió su camino, pero con suerte, de neuvo volvió a ser el que era, y esta vez su lo consiguió: estaba jugando en el fútbol profesional real, y si trabajaba, llegaría a esa Liga de las estrellas. Su talento no pasó desapercibido, y enseguida la llovieron las ofertas, y entró en esa Liga de las estrellas tan soñadas. Pero sus sueños cumplidos no acababan ahí: hay algo más grande que representar a tu país, a tu nación, defender unos colores, una camiseta, un escudo, un himno y a 45 millones de personas? Sin duda sí, y eso es ser tú el gran protagonista, y lo consiguió. Estaba defendiendo a España, no se lo podía creer. Y las cosas no acabaron ahí, como todo héroe, aspira a trofeos, y en esa Liga de las estrellas consiguió dos. De repente, se cambió de equipo, y se volcó con él, lo dio todo, como siempre, pero sin olvidarse de sus orígenes, de nadie, nisiquiera de quien le dio la oportunidad, y cada vez, ese héroe era más querido allá por donde iba, demostraba su talento dentro del campo, y su generosidad y educación fuera del terreno de juego. Era un héroe, si, pero además era todo un señor. El pueblo lo adoraba, y él lo sabía, y sólo podía demostrar una y otra vez lo agradecido que estaba por todo. Y seguía defendiendo su nación, su país, sintiendo algo increíble cuando sonaba ese himno, cuando veía a toda la afición volcada con el equipo entre colores rojos y amarillos. Él sabía que tenía el poder de hacer soñar a esa afición, siempre lo tuvo, pero que lo reconociesen, llevó su tiempo. Después de intentos fallidos, al fin llegaba su momento: una gran competición después de un año malo, sentía que era su momento, y que podía hacer algo grande. Tenía ganas de hacer algo, de demostrar, de hacer que esa marea envuelta en rojo y amarillo brincase, chillase, saltase y soñase a través de sus botas. Así que estaba decidido, y los triunfos no tardaron en aparecer, convertidos en goles, en hat tricks, en sueños, en felicidad, en incredulidad y en gritos de Illa Illa Illa, Villa Maravilla. El otro héroe, su padre, no puede contener las lágrimas cada vez que lo ve marcar. Devolvió a un país las ganas de ver a la selección, de creer que podemos, y como todo héroe, sueña con pasar a la historia, y su ambición no tiene límites: quiere que todo su país sueñe, crea, se una, disfrute y consiga una victoria años después. pero su sueño, de repente, se ve truncado: no podrá vivir el encuentro de su vida, no estará en esa final, y en el momento en que se da cuenta de ello, abandona el campo de batalla entre sollozos. pero abandona ese campo como nadie en toda la Eurocopa: él nos llevó hasta donde estamos, subió la moral y con sus goles nos hizo disfrutar. Creemos que podemos gracias a él, y de eso nadie se olvidará, porque ya es un héroe, ya es la leyenda de la Eurocopa, y ya ha pasado a la historia. Verá a sus compañeros brindarle esa victoria, y cuando el árbitro pite el final del cuentro, saltará con ellos a levantar ese trofeo tan ansiado, y del que sin duda, él tiene una parte muy importante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

olaaaa
nos encanta tu blog,sobre todo a una de nosotras,porque soy super fan de el y me encanta espero k pases x el nuestro,ya que,somos nuevas en esto!!
bssss