La eficacia de David Villa, autor de dos de los tres tantos del Valencia, hizo que el Almería de Hugo Sánchez se fuese de vacío de Mestalla, pese a ser mejor.
El Valencia, un equipo sin ideas ni fondo físico, salvó los puntos, porque el Almería fue superior al conjunto local, sobre todo en la segunda mitad.
Fue un nuevo partido abierto del Valencia, con opciones para los dos contendientes, como casi todos los que disputa últimamente el equipo de Unai Emery, aunque hoy la moneda le cayó de cara a su equipo.
El Valencia duró veinte minutos, desde el pitido inicial hasta el gol del empate a uno. Desde ahí hasta el descanso, el partido se niveló. En la segunda mitad, fue para el conjunto forastero que tuvo en tiempo de prolongación la oportunidad de empatar, pero César Sánchez, fichado en enero al Tottenham, detuvo el lanzamiento del argentino Pablo Piatti.
Los jugadores del Valencia, exhaustos y salvados por la campana, festejaron el triunfo al final, tras un encuentro en el que el equipo no demostró personalidad alguna, mientras que el Almería se marchó consciente de la oportunidad perdida.
Ya el inicio de la primera parte fue un calco de los últimos partidos del Valencia en casa en el presente campeonato, con un fútbol visto y creativo en ataque y con una inseguridad completa en defensa.
Fruto del buen comienzo del Valencia fue el 1-0, logrado por Joaquín a los seis minutos, a los que el equipo local añadió una fase de buen juego sin que el Almería se aproximara a su meta y en la que Mata envió un balón al poste del brasileño Diego Alves (m.18).
Sin embargo, la primera aproximación del equipo andaluz se resolvió con el gol del empate, logrado por Negredo, tras una excepcional jugada de Crusat.
Este gol hizo aparecer al Valencia indeciso de las últimas semanas y así se mantuvo hasta que a la media hora de juego, el árbitro señaló penalti en una acción entre Carlos García y Mata que Villa aprovechó para marcar el 2-1.
La nueva ventaja del equipo valenciano propició un final del primer tiempo muy abierto, con llegadas constantes a ambas porterías en las que las defensas se veían casi siempre superadas por los ataques, aunque no se registraron claras opciones de gol.
Fiel a su dinámica habitual, el Valencia inició el segundo tiempo a merced del rival, ya que le dio el balón al Almería, con constantes pérdidas de balón en el centro del campo y el equipo visitante, crecido, empezó a aproximarse con peligro a la meta local.
Cuando más a merced de su rival estaba el Valencia, un contragolpe acabó, con el tercer tanto del equipo local, un gol que fue poco más que un espejismo. De inmediato un cabezazo de Negredo puso el encuentro donde estaba, con el 3-2 en el marcador. Ni las dudas del Valencia se habían disipado, ni el Almería estaba perdido.
El equipo visitante tenía las ideas más claras que el Valencia, llevaba la iniciativa en el juego y buscaba el empate. El conjunto de Unai Emery, por su parte, se mostraba atenazado y a merced de su rival, sobre todo en el centro del campo, donde el equipo de Hugo Sánchez llevaba el peso del partido.
Así avanzó el encuentro hacia su conclusión, que se produjo con el Almería volcado sobre el arco de un Valencia impotente, que se mantiene entre los cuatro primeros a pesar del poco fútbol que ofrece últimamente.
El Valencia, un equipo sin ideas ni fondo físico, salvó los puntos, porque el Almería fue superior al conjunto local, sobre todo en la segunda mitad.
Fue un nuevo partido abierto del Valencia, con opciones para los dos contendientes, como casi todos los que disputa últimamente el equipo de Unai Emery, aunque hoy la moneda le cayó de cara a su equipo.
El Valencia duró veinte minutos, desde el pitido inicial hasta el gol del empate a uno. Desde ahí hasta el descanso, el partido se niveló. En la segunda mitad, fue para el conjunto forastero que tuvo en tiempo de prolongación la oportunidad de empatar, pero César Sánchez, fichado en enero al Tottenham, detuvo el lanzamiento del argentino Pablo Piatti.
Los jugadores del Valencia, exhaustos y salvados por la campana, festejaron el triunfo al final, tras un encuentro en el que el equipo no demostró personalidad alguna, mientras que el Almería se marchó consciente de la oportunidad perdida.
Ya el inicio de la primera parte fue un calco de los últimos partidos del Valencia en casa en el presente campeonato, con un fútbol visto y creativo en ataque y con una inseguridad completa en defensa.
Fruto del buen comienzo del Valencia fue el 1-0, logrado por Joaquín a los seis minutos, a los que el equipo local añadió una fase de buen juego sin que el Almería se aproximara a su meta y en la que Mata envió un balón al poste del brasileño Diego Alves (m.18).
Sin embargo, la primera aproximación del equipo andaluz se resolvió con el gol del empate, logrado por Negredo, tras una excepcional jugada de Crusat.
Este gol hizo aparecer al Valencia indeciso de las últimas semanas y así se mantuvo hasta que a la media hora de juego, el árbitro señaló penalti en una acción entre Carlos García y Mata que Villa aprovechó para marcar el 2-1.
La nueva ventaja del equipo valenciano propició un final del primer tiempo muy abierto, con llegadas constantes a ambas porterías en las que las defensas se veían casi siempre superadas por los ataques, aunque no se registraron claras opciones de gol.
Fiel a su dinámica habitual, el Valencia inició el segundo tiempo a merced del rival, ya que le dio el balón al Almería, con constantes pérdidas de balón en el centro del campo y el equipo visitante, crecido, empezó a aproximarse con peligro a la meta local.
Cuando más a merced de su rival estaba el Valencia, un contragolpe acabó, con el tercer tanto del equipo local, un gol que fue poco más que un espejismo. De inmediato un cabezazo de Negredo puso el encuentro donde estaba, con el 3-2 en el marcador. Ni las dudas del Valencia se habían disipado, ni el Almería estaba perdido.
El equipo visitante tenía las ideas más claras que el Valencia, llevaba la iniciativa en el juego y buscaba el empate. El conjunto de Unai Emery, por su parte, se mostraba atenazado y a merced de su rival, sobre todo en el centro del campo, donde el equipo de Hugo Sánchez llevaba el peso del partido.
Así avanzó el encuentro hacia su conclusión, que se produjo con el Almería volcado sobre el arco de un Valencia impotente, que se mantiene entre los cuatro primeros a pesar del poco fútbol que ofrece últimamente.
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