La principal asignatura pendiente en Liga en estos momentos era ganar en Mestalla. Ante el Zaragoza se ha aprobado esa materia. Un 3-1 que, además, asienta al Valencia en 'zona Champions' y que le permite también no perder la estela de Barcelona y Real Madrid. Curiosamente, el Valencia marcó la diferencia el partido cuando más problemas estaba pasando, y el gol maño llegó cuando estaba más cerca la goleada que otra cosa. Tras un inicio no demasiado entretenido, los 'xicotets' se activaron a partir del minuto 10. Y cuando eso pasa el rival se pone a temblar y sufrir. El Zaragoza no iba a ser una excepción. A los 16 minutos, un gran pase al hueco de Silva lo recoge Mata para encarar a López Vallejo y batirle por bajo. Los visitantes protestaron que Mata estaba en fuera de juego, pero de haber posición antirreglamentaria (y posiblemente tampoco) sería de Villa, que no toca el balón. A partir de ahí, fue el Zaragoza el que tomó la manija del juego. Apretó la salida de balón del Valencia, le impidió crear juego y fue poco arrinconando a los de Emery en su campo. En cualquier caso, las aproximaciones del equipo de Marcelino no llevaban excesivo peligro, ya que la defensa del Valencia respondía perfectamente Cuando los murmullos se empezaban a escuchar en Mestalla, el Valencia, en dos contragolpes frenéticos y casi idénticos, puso en el marcador en un 3-0 clarificador. En ambas acciones, Villa y Pablo supieron burlar la defensa adelantada del Zaragoza para plantarse solos ante López Vallejo. En el segundo gol Pablo cedió a Villa para que éste la empujara al fondo de la red. En el tercero fue el Guaje el que asistió al castellonense. Había cierto respeto al segundo tiempo porque lo de Praga estaba muy reciente. Pero el equipo aprendió de sus errores. El Valencia estuvo muy ordenado y siguió explotando el contragolpe buscando el cuarto gol. Y si no llegó porque se topó con un López Vallejo sensacional, realizando tres auténticos paradones, dos a Pablo y otro a bocajarro a David Navarro. Sin embargo, el que marcó fue el Zaragoza. Abel Aguilar aprovechó un rechace de César dentro del área para anotar un gol cuya única trascendencia es que siginificó que el Valencia volvió a encajar un gol cinco partidos después y que César se quedará sin batir su particular récord de imbatibilidad. El gol fortaleció al Zaragoza, que siempre le puso entusiasmo y nunca bajó los brazos. Prueba de ello fue que el árbitro anuló un gol al equipo aragonés por fuera de juego (claro) de Babic y de que los últimos minutos del encuentro se jugaron en el área local. Sin embargo, nadie tuvo nunca la sensación de que este partido se fuera a escapar.
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