Los dos grandes de la Liga española se rifan a Villa, el delantero nacional más regular de las últimas temporadas. Parece claro que al Real Madrid y al Barcelona les interesa contar con un delantero como el Guaje. Lo que no está tan claro es qué le conviene al de Tuilla, si el fútbol trepidante y directo del Madrid, o el juego elaborado y paciente del Barça. Para Villa hay una tercera vía, la de la Premier League. En cualquier caso, lo que parece seguro es que el «7» del Valencia y de la selección dará otro salto en su carrera la próxima temporada. Las posibilidades de Villa en el Madrid y el Barcelona dependerán de la configuración definitiva de sus delanteras. La continuidad de Raúl y Van Nistelrooy limitan las opciones de ver al Guaje de blanco madridista. En el Camp Nou se abren más incógnitas, sobre todo ante la posible marcha de Eto'o, que ha ocupado en las últimas temporadas el puesto natural del asturiano. David Villa ha ido creciendo como futbolista en la medida que los entrenadores le consideraron la referencia del ataque de sus equipos. Ocurrió en su debut profesional, en el Sporting, y también en su etapa del Zaragoza y del Valencia. Su calidad -y, sobre todo, sus goles- le convirtió rápidamente en un jugador clave en sus clubes. Le costó más en la selección española, con la que tardó en debutar (2005) y en la que Luis le reservó un papel secundario, a la sombra de Fernando Torres, hasta el Mundial-2006. En sus primeros partidos con España, Villa tuvo que adaptarse a jugar en una posición escorada, casi siempre a la banda izquierda. El centro del ataque, al menos en principio, era para los galones de Raúl y para Fernando Torres, en aquel momento más mediático. En vísperas de viajar a Alemania, Luis Aragonés justificó el papel secundario del Guaje en sus comienzos en el Sporting. Aragonés afirmaba que en la temporada 2001-02, cuando se lo encontró enfrente entrenando al Atlético de Madrid, Villa jugaba pegado a la banda. Sin embargo, la afición sportinguista tiene muy claro que Villa se ganó el puesto de ariete en aquel Sporting, con Lozano por detrás y Pablo Álvarez y David Pirri en las bandas. Otra cosa es que, por su movilidad y sentido del juego, el Guaje tuviera tendencia a «caerse» a las bandas. Así ha sido también en el Zaragoza y el Valencia, pero nunca como punto de partida. Ocho de los trece goles que ha marcado Villa en la selección española han llegado desde que Luis Aragonés le convirtió en su delantero de referencia. El entrenador del Racing de Santander, Marcelino García, conoce personalmente a Villa de su etapa en Mareo, aunque llegó al banquillo del primer equipo, cuando Villa viajaba hacia Zaragoza. «Su posición ideal es de primera punta porque uno de sus fuertes es su movimiento sobre la última línea del rival», recalca Marcelino. Es decir, el técnico racinguista no ve al Guaje en la banda, ni siquiera como segundo punta. «Para mí, la premisa fundamental de cualquier futbolista es que se sienta cómodo en el terreno de juego. Villa es delantero. Y muy completo, porque se desenvuelve muy bien fuera del área, al contraataque y en la finalización». Por tanto, Marcelino ve a Villa tanto en el Madrid como en el Barcelona, siempre que respetasen su status. «Con su sistema actual, en el Madrid tendrían que asignarle el papel de Raúl o Van Nistelrooy. Y en el Barça, la función de Eto'o. Sólo podrían jugar juntos si cambian a 4-4-2 porque en un 4-3-3 tendrían que acoplar a uno en la banda, como ha pasado este año con Henry y Eto'o». Como punto de partida, Marcelino cree que Villa «encaja en el estilo de cualquier equipo», incluso de otros campeonatos. «Para los grandes futbolistas es fácil. Y para mí Villa es el delantero más completo de la Liga».
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