Tres puntos más y una jornada menos. Que el VCF certifique su regreso a la Liga de Campeones es sólo cuestión de tiempo. La buena marcha del conjunto de Unai Emery en Mestalla está siendo suficiente para que el equipo mantenga la tercera plaza. La goleada, quizá abultada, esconde los problemas que ha encontrado el VCF en el partido, si bien el triunfo valencianista es merecido.
Todo el arranque eléctrico que tuvo el choque contra el Atlético le faltó hoy al partido, y los platos rotos los ha pagado una afición que en pleno puentes y con un horario intempestivo pedía algo más de su equipo. Sobre todo después de ver cómo cuando apenas acababa de arrancar el partido a punto estuvo de repetirse la contra que culminó Agüero tras un saque de esquina. Idéntico, salvo la finalización, afortunadamente. César estuvo atento para frenar a Aranda en un mano a mano y hasta el descanso poco más de trabajo ha tenido.
El Valencia no fue el que acostumbra arriba, aunque alguna ocasión ha habido para estrenar el marcador. La más clara la tuvo David Villa tras un remate de cabeza acrobático donde Ricardo tuvo que emplearse a fondo para evitar que el esférico se colase dentro. A excepción de esta acción a los 26 minutos, poco más. Eso sí, el Guaje reclamó con razón un penalti a los 37 minutos de partido después de que el asturiano fuese trabado por detrás dentro del área. Se equivocó Mejuto y pudo cambiar la historia pero el marcador se mantuvo intacto hasta el descanso
El paso por vestuarios despejó las dudas. Toda la entrega que reclamó la parroquia de Mestalla en el primer acto apareció como por arte de magia, y en esas se apuntó Joaquín para abrir la lata a los 47 minutos de partido con una genialidad marca de la casa. Lo más difícil ya estaba hecho, y hubieron ocasiones para sentenciar como la que tuvo Villa a los 72 minutos donde cruzó en exceso delante de Ricardo. Todavía hubo tiempo incluso para sufrir, y es que Osasuna apretó en la recta final y apareció César para dejar su parada salvadora de cada partido. El sufrimiento se hizo incómodo durante varios minutos, pero en una buena combinación entre Baraja, Pablo y Villa se acabó la historia. El castellonense rompe el fuera de juego y asiste al Guaje para que marca a placer. Todavía hubo tiempo para que el asturiano fuese derribado dentro del área y anotase el tercero, segundo en su cuenta particular, desde los once metros. Al final, triunfo labrado, Mestalla sigue siendo un fortín en Liga y a pensar en la vuelta contra el Atlético.
Todo el arranque eléctrico que tuvo el choque contra el Atlético le faltó hoy al partido, y los platos rotos los ha pagado una afición que en pleno puentes y con un horario intempestivo pedía algo más de su equipo. Sobre todo después de ver cómo cuando apenas acababa de arrancar el partido a punto estuvo de repetirse la contra que culminó Agüero tras un saque de esquina. Idéntico, salvo la finalización, afortunadamente. César estuvo atento para frenar a Aranda en un mano a mano y hasta el descanso poco más de trabajo ha tenido.
El Valencia no fue el que acostumbra arriba, aunque alguna ocasión ha habido para estrenar el marcador. La más clara la tuvo David Villa tras un remate de cabeza acrobático donde Ricardo tuvo que emplearse a fondo para evitar que el esférico se colase dentro. A excepción de esta acción a los 26 minutos, poco más. Eso sí, el Guaje reclamó con razón un penalti a los 37 minutos de partido después de que el asturiano fuese trabado por detrás dentro del área. Se equivocó Mejuto y pudo cambiar la historia pero el marcador se mantuvo intacto hasta el descanso
El paso por vestuarios despejó las dudas. Toda la entrega que reclamó la parroquia de Mestalla en el primer acto apareció como por arte de magia, y en esas se apuntó Joaquín para abrir la lata a los 47 minutos de partido con una genialidad marca de la casa. Lo más difícil ya estaba hecho, y hubieron ocasiones para sentenciar como la que tuvo Villa a los 72 minutos donde cruzó en exceso delante de Ricardo. Todavía hubo tiempo incluso para sufrir, y es que Osasuna apretó en la recta final y apareció César para dejar su parada salvadora de cada partido. El sufrimiento se hizo incómodo durante varios minutos, pero en una buena combinación entre Baraja, Pablo y Villa se acabó la historia. El castellonense rompe el fuera de juego y asiste al Guaje para que marca a placer. Todavía hubo tiempo para que el asturiano fuese derribado dentro del área y anotase el tercero, segundo en su cuenta particular, desde los once metros. Al final, triunfo labrado, Mestalla sigue siendo un fortín en Liga y a pensar en la vuelta contra el Atlético.
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