domingo, 2 de mayo de 2010

Pignoise, en Paterna con Villa


AS juntó a Villa, Silva, Mata y Pablo con Pignoise en Paterna. Álvaro Benito dijo: "Sois un equipazo y la distancia con los dos primeros es desmesurada".

La profesión de futbolista es mil veces más complicada que la de cantante y lo reconozco: soy un vividor..." Así arrancó el encuentro, tal y como lo habíamos dejado y exactamente igual a como lo despediríamos horas más tarde; con la sonrisa en los rostros de un grupo de jóvenes expuestos a la multitud, fotografiados a diario y aclamados por la sociedad bajo los focos que iluminan distintos escenarios: el fútbol y la música.

La frase de presentación fue obra de Álvaro Benito, cantante de Pignoise y una promesa del balompié al que las lesiones nos privaron el disfrute de su talentosa zurda. Escoltándole bajo la fidelidad forjada por la amistad, llegaron Pablo Alonso y Héctor Polo para completar el escuadrón musical. Indumentaria rockera y peinado indescifrable, guitarra al hombro y zapatillas cuyas suelas aparentan no desgastarse nunca al pisar. Niños de la calle...

En el otro bando, cuatro adolescentes modelo, futuros prototipo de yernos perfectos. Camisetas deslumbrantes e inmaculadas, pantalones vaquero y calzado de estreno. Educados en el fondo y en las formas, genios sobre el verde a los que califican de 'locos bajitos' al no superar ninguno de ellos el 1'75. David Villa, David Silva, Juan Mata y Pablo Hernández, cuatro futbolistas cortados por el mismo patrón: rostros angelicales que deambulan por las inmediaciones del área con un cuchillo entre los dientes. Insultantemente jóvenes que actúan con descaro para devoción de sus admiradores. Por ello, la combinación resultó explosiva.

Amantes todos ellos del balón por encima de todas las cosas, el lugar escogido les devolvió a la niñez: un campo de fútbol acotado por cuatro muros, césped recién cortado y dos porterías. "El olor a hierba fresca nos lleva siempre a la infancia", confesaron los allí presentes. Con semejante marco, el desafío consistió para nuestro deleite en un enfrentamiento entre futbolistas y cantantes que perfectamente podía haberse realizado entre siete amigos en el parque del barrio una tarde cualquiera. Allí no hubo público y los apellidos se vieron reducidos al anonimato pues sólo importaba una cosa: jugar. "Nos encanta el Valencia por su apuesta por el producto nacional. Debería ser un ejemplo para el resto de clubes españoles: lo nuestro es lo mejor y aquí está la prueba", confesó Pablo Alonso, bajista del grupo.

"Para mí, la distancia con los de arriba es desmesurada, ¡el Valencia tiene que jugar la Liga de Campeones!", espetó Álvaro Benito mientras Villa se apresuraba en contestar: "Es cierto que la diferencia de puntos es muy grande, pero más que por demérito nuestro, ha sido por mérito de Barcelona y Madrid, que han estado enormes este año". Sosteniendo una camiseta de España, Héctor Polo (batería) lanzaba un órdago a los futuros mundialistas. "¿Estaréis los cuatro en Suráfrica? ¡Porque hay que ganar ese Mundial!". Mata ejerció de portavoz: "Ojalá podamos llegar los cuatro, es una cita increíble que por nada del mundo nos queremos perder y seguro que España, vaya quien vaya, hace un papel de gran nivel". El balón no se detuvo y entre pases, caños y agarrones... Silva recordó el objetivo inmediato para los chés. "Ahora mismo sólo tenemos en mente cerrar cuanto antes la clasificación para la Liga de Campeones. Si acabáramos la temporada terceros sería maravilloso y pelearemos por ello hasta que lo consigamos atar".

No dejaron de preguntarse, inquietos unos por saber la vida entre camerinos, deseosos los otros por recopilar anécdotas de vestuario. "Villa ha tenido una lucha endiablada por ser el máximo goleador de la Liga con Messi, Cristiano o Higuaín... y seguro que también estará entre los mejores goleadores del próximo Mundial. Es un crack", confesó Pablo Alonso a los suyos. Tampoco pudo faltar el recuerdo del primer encuentro entre los miembros de Pignoise y Mata. "Desde que nos juntamos te ha ido de maravilla. Indiscutible en el Valencia, fijo en la lista para la Selección, goles, asistencias... ¡estás que la rompes!", dijo Héctor Polo. El zurdo asturiano devolvió el centro de gol rápidamente: "A vosotros tampoco os ha ido nada mal. Os fuísteis de gira con el anterior disco y ahora nos juntamos con otro nuevo bajo el brazo: Año Zero suena mejor incluso que el último".

De los cuatros valencianistas talentosos, Pablo Hernández es el que más dudas tiene sobre sus posibilidades para ir al Mundial. "Lo primero es acabar terceros con el Valencia y volver a la Champions; luego ya habrá tiempo para pensar en ir a Suráfrica. Es un sueño, pero con calma".

Lejos de los flashes y de los cazadores de autógrafos, descubrimos a siete chicos normales que viven el sueño de sus vidas con los pies en el suelo. Humildes y sencillos; músicos del barrio, futbolistas del barro. Todos ellos genios...


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