El juego del Guaje no pasa desapercibido para nadie. Habría que vivir constantemente con una venda en los ojos para que así fuera. Son muy pocos los partidos en los que no es protagonista, ya sea por marcar, dar un pase o rematar una vez tras otra hasta que el balón entre en la portería del contrario, o hasta que el colegiado de turno pite el final del encuentro.
Con La Roja, David tiene un olfato goleador especial, su ambición por marcar está presente en todos y cada uno de los partidos que disputa, pero con La Selección especialmente, es raro el encuentro del que se va sin anotar; La Roja lo quiere, y él lo sabe. Con esa complicidad, ha llegado hoy a su gol nº 36 con España. Raúl, con 44 tantos, es actualmente el máximo goleador con La Selección, pero ya ve al Guaje por el retrovisor. De aquí a que termine el Mundial, algo muy raro tendría que pasar para que Villa no iguale esa cifra, o la supere, sobre todo cuando los mete de 3 en 3.
Los propios franceses han alucinado con el juego del Guaje, desde antes del partido le dedicaban artículos, como el que subí de L'equip, y con razón, para cualquier defensa, Villa es un auténtico peligro.
El delantero ha disputado hoy un partido impecable: en punta sólo estaba él, la responsabilidad de marcar era suya, y no defraudó. Además se deajaba caer por bandas, se retrasaba, volviendo locos a los defensas galos, pero siempre en una lucha constante con el fuera de juego, porque siempre está ahí, en la línea extrema, preparado para recibir, centrar y marcar. Esta noche, ha sido elegido el mejor jugador del encuentro, y ha recibido su premio correspondiente. Uno más para los tantos que brillan en su vitrina.
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