El encargado de abrir el marcador, no podía ser otro que el Guaje. A los 20 min del encuentro, ya se la había colado a Lloris a escasos metros del área y en prácticamente un 1 contra 1, delantero y portero, tras dejar atrás lo poco que quedaba de la defensa francesa en ese momento. Y aunque al comenzar el partido parecía que los galos nos tuviesen la medida tomada y apenas nos dejaban espacio para dar rienda suelta a nuestro juego, lo cierto es que tras ese primer gol del Guaje Villa, los franceses se vinieron abajo, y si al principio optaban por impedirnos atacar, a partir de ese momento decidieron jugar más a la pausa, lo que nos benefició y permitió a Sergio Ramos marcar el segundo en el descuento de la primera parte. Tanto merecido por el buen juego que demostró durante todo el encuentro.
A la vuelta del vestuario, el partido estaba prácticamente sentenciado, un 2 - 0 difícilmente remontable, debido sobre todo lo a la actitud que los franceses mostraron. En la segunda parte, el seleccionador también decidió agotar los cambios; llamó del campo a Villa, Puyol, Xabi Alonso, Silva, Cesc e Iniesta; para sustituírlos por Torres, Albiol, Senna, Güiza, Xavi y Navas. Lo que demuestra una cosa: en esta selección, nadie es imprescindible, y muy pocos conjuntos nacionales se pueden permitir el banquillo que tenía España durante la primera parte. Banquillo que en un principio, sorprendió, o incluso me atrevo a aformar que asustó a unos cuantos, y sin embargo, en la segunda parte, el equipo no convenció tanto como en la primera.
Próxima cita: 26 de Mayo.
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