JULIÁN GARCÍA CANDAU David Villa parece condenado a padecer la sombra de Raúl. Tras cada partido de la selección nacional aparece, inevitablemente, en los medios informativos el dato de la distancia en goles que separa al asturiano del madrileño y, de esta manera, se continúa considerando a éste el máximo goleador del equipo nacional. No se examina el porcentaje, sino los números totales.Raúl ha marcado más goles, 44 por 36, pero también ha jugado muchos más partidos. Raúl lo ha hecho en 102 ocasiones y Villa en 56. La diferencia de encuentros disputados es de 47 a favor del capitán del Real Madrid. La facilidad goleadora, la capacidad para apuntarse dianas, debe medirse proporcionalmente. En este aspecto, la ventaja del valencianista es notable.Villa con partidos en los que ni siquiera disputa los noventa minutos, como el miércoles en Francia, lo que le recorta las posibilidades de aumentar su cuenta, sale a 0,64 dianas por cada aparición con la selección. Raúl posee el 0,43 de porcentaje, lo que significa que su magnitud goleadora está en la cantidad de veces que ha sido alineado. Si Villa mantuviera la proporción actual, cuando llegara a las 102 apariciones del madridista habría marcado más de sesenta y seis goles.Los medios informativos insisten en el dato de que el capitán del Valencia está a ocho goles de su homólogo madridista, lo cual es cierto, pero es verdad a medias, puesto que su efectividad es superior y en esta cuestión no valen las opiniones, sino la tozudez con que se manifiestan los números.El estadio de Francia volvió a conocer las virtudes de Villa, aunque en esta ocasión vestido de azul, nueva indumentaria de la selección nacional. Ahora que gracias a Luis Aragonés el equipo nacional ya es conocido popularmente como la «Roja», Ángel María Villar ha pasado al azul, color que con el blanco y brazo en alto fue obligatorio tras la Guerra Civil. En aquellos años, en frontones y trinquetes jugaban azules contra colorados porque lo rojo estaba prohibido. Únicamente se permitió que a Guillermo Gorostiza, quien había abandonado la selección de Euskadi y regresado a la España nacional, se le siguiera denominando «Bala Roja».España venció a Francia en su terreno, lo que no ocurría desde hacía cuarenta y dos años. Se ha recordado el 1-3, pero el mayor triunfo español fue en Colombes (1-5 en 1949) con tres goles de Basora y dos de Gaínza. En aquel equipo hubo tres valencianistas, Iñaki Eizaguirre, Vicente Asensi y Antonio Puchades. Aquel día ganaron con camisa roja. La nueva gesta, en Saint-Denis, comenzó con un gol de Villa, también valencianista.
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