España comenzó su camino al Mundial en Murcia y ahí puso el punto final para partir a Sudáfrica. Y vaya como lo hizo, a lo grande, con Iniesta en plan estelar, lástima que tuviera que irse en el primer tiempo, pero en principio no debe cundir el pánico. Aún así, el poco tiempo que estuvo en cancha dio para mucho, para transformar a España en el combinado que nos tenía acostumbrados hasta el partido de Arabia y fabricar goles para enmarcar como el creado por la sociedad Iniesta-Xavi-Silva. Sin el manchego, la batuta recayó en la segunda parte sobre Xabi Alonso. El donostiarra marcó otra vez desde fuera del área y dio un tanto a Cesc, que confirmó su recuperación. Como lo hizo Torres con otro tanto en los primeros minutos tras su operación. Vamos, que España recuperó su fragancia en el mejor momento, el día antes de partir a la aventura.
Fue el último partido antes de bajar al país africano, eso ya era aliciente, pero es que además se podía plantar a la cita con otra cifra inspiradora, contar por victorias todos los ensayos, hecho que sólo han conseguido casi todas las grandes aspirantes, Brasil, Argentina, Inglaterra, Holanda y Portugal (fallaron Francia e Italia). Así que Murcia se volcó como siempre con La Roja para despedirse y Vicente del Bosque apremió a su gente poniendo todo en liza menos Sergio Ramos.
Enfrente Polonia, un combinado físico, contundente en la presión y empeñado en obstaculizar la salida del esférico. Pero España juega de memoria y la velocidad impuesta en el centro del campo desarma a cualquier contrincante normalmente cuando uno de los pequeños tiene ganas de alborotar. Hoy la hiperactividad nació en Iniesta con unos primeros quince minutos impresionantes que se propagó por el resto de camisetas rojas para encarrilar el cruce con dos tantos, ambos bajo la mirada del mismo, de Iniesta. En el primero el albaceteño se escoró por la izquierda, centró con el exterior para conectar con Villa pero no hizo falta, lo metió en propia puerta Dudka.
Sin apenas tiempo para volver a tomar asiento en la butaca de la Nueva Condomina, Iniesta devolvió el precio de la entrada fabricando una jugada impecable, a lo Falçao, ese brasileño de fútbol sala que es capaz de agujerear un muro defensivo con lo que sea. Iniesta lo volatilizó con una sutil vaselina en el borde del área para dejar a los polacos mirando al cielo aterrorizados de lo que podía salir de ahí. Lo que salió después de esa cuchara no desentonó para nada porque Xavi atrapó el esférico llovido del cielo y dejó en bandeja a Silva para que el canario empujara lo que fue un auténtico golazo.
Tremendo bofetón el que se llevó Polonia sin comerlo ni beberlo antes del cuarto de hora de juego. España, jugando a placer, sacó el rodillo por Murcia para maniatar a una selección voluntariosa al inicio, deprimida al descanso y asqueada al final. Aún así tuvo su oportunidad antes de la media hora de juego pero apareció Casillas con un paradón a tiro de Peszko para dejar bien claro que él también está preparado para la cita mundialista.
Desde ese aviso polaco hasta el descanso más de lo mismo, un dominio absoluto de La Roja en todas las zonas, sobre todo desde el centro del campo con Xavi y Busquets incisivos en el ataque para conectar con Villa, corneando siempre a los centrales polacos para hacerse hueco, Silva y Pedro, que sustituyó a Iniesta. Sí le sustituyó porque el manchego notó un pinchazo en su isquiotibial derecho en el minuto 35 y no quiso arriesgar, pero quizás ya era tarde...
Xabi marca otra vez desde lejos
La triste noticia de Iniesta se olvidó rápidamente tras el descanso. Se encargó de poner otra sonrisa en las caras españolas con otro tanto desde la frontal, ayudado por un la pierna de un polaco, y brindando los mejores minutos de un jugador que hoy superó a Arconada e igualó a Butragueño en internacionalidades. Eso lanzó al donostiarra, imprimió velocidad al balón y Del Bosque, ya confiado, se aventuró a las probaturas para ver cómo andaban los 'tocados'.
Primero entró Cesc y rápidamente sacó de dudas al entrenador porque a los dos minutos se asoció con Xabi, que sacó de nuevo la escuadra, para hacer su gol y levantar la mano de cara al Mundial. Después el otro 'tocado', Fernando Torres, hizo acto de aparición, por fin. El de Fuenlabrada sació su hambre de competición disputando sus primeros 25 minutos tras su operación de menisco y al igual que Cesc los aprovechó con un tanto moralizador gracias a la generosidad de Pedro. El buen hacer del canario tuvo su recompensa a diez minutos del final con otro tanto de bella factura al batir a Kuszcak de vaselina, su primer tanto como internacional. Polonia estaba aterrorizada y desorientada ante el vendaval español y la mejor noticia llegó con el pitido final. El combinando de Vicente del Bosque llega a Sudáfrcia embalado, metiendo miedo, con la fragancia de la pasada Eurocopa.
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